Enseñar con humor en la Universidad también es posible

Este primer CLIC-docente pone de manifiesto que enseñar con humor en la Universidad, como medio didáctico y competencia esencial para todo profesor, también es posible. En el ámbito universitario la relación entre profesor y alumno se caracteriza por ser más distante que en otros niveles educativos. Razones que explicarían esa distancia, en buena medida, podrían ser el número elevado de alumnos y aulas de enormes dimensiones.

El humor puede ayudar a potenciar el vínculo mágico que siempre debería de existir entre el profesor y sus estudiantes. Enseñar con humor en la Universidad debería de ser siempre un binomio indisoluble. Son múltiples los aspectos positivos que tiene el humor en el proceso de aprendizaje . El humor permite captar la atención de los alumnos haciendo que el aprendizaje sea divertido. Despierta la curiosidad del alumno y le fomenta el interés por conocer más al profesor que tiene delante. Asimismo, el humor motiva al alumno, lo despierta, lo estimula, lo emociona. Agita sus ganas de aprender en un entorno más cercano. Enseñar con humor aproxima al alumno hacia el profesor. Lo hace partícipe y protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, anima al estudiante a abrirse a la clase con participación activa, intervenciones y preguntas.

Por último, a la hora de enseñar el humor y el rigor no están reñidos: puedes ser totalmente riguroso con el contenido de lo que enseñas y transmitirlo con humor.

En conclusión, enseñar no debe de ser para nada un acto aburrido, sino todo lo contrario… Para cualquier profesor enseñar debería de constituir un acto emocionante y generoso. Si el profesor acompaña el acto de enseñar con humor, la transmisión de conocimientos será muy gratificante y amable. Es posible mejorar día a día como docente con una sonrisa y con humor. ¡Atrévete con este reto!