Política monetaria e inflación en tiempos de covid (I)
Ya hemos hablado del impacto del covid en la economía en este blog (por ejemplo, aquí). Con esta entrada sobre política monetaria e inflación en tiempos de covid, estrenamos sección de autores invitados. En esta ocasión, colabora con nosotros Luis Herrera Bravo, que estudió el grado de Economía con nosotros en la Universidad de Málaga y ahora es estudiante de doctorado en UPV. Muchas gracias por tu colaboración, Luis.
En los tiempos que corren de política monetaria no convencional y de tipos cero no es difícil encontrar opiniones que anticipen una gran inflación. En esta (y en otra segunda) entrada analizaremos la política monetaria e inflación en tiempos de covid y por qué creo improbable que veamos un proceso inflacionista en el corto y medio plazo.
Antes de nada, lo primero que debemos entender es en qué consiste la inflación. La inflación es el aumento generalizado y continuo del nivel general de precios. Es decir, un aumento relativo del precio de un bien respecto a otro no es inflación. Al fin y al cabo, lo que se pretende medir mediante la inflación es la pérdida de valor de una moneda respecto al conjunto de bienes y servicios. Por tanto, las variaciones de precios relativos que hemos observado durante la pandemia no son tensiones inflacionistas sino variaciones en la oferta y demanda de mercados concretos.
Por otro lado, también debemos entender la relación entre oferta monetaria e inflación. Una definición simple implica que un aumento del nivel de dinero en circulación, ceteris paribus, produce un aumento del nivel general de precios, ya que, una mayor cantidad de dinero está disponible para el consumo de un mismo conjunto de bienes y servicios.
Política monetaria
Partiendo de esta base, ahora podemos centrarnos en la política monetaria y sus efectos sobre la oferta monetaria y la inflación. Nos centraremos en el contexto histórico que estamos atravesando.
Una de las premisas que escuchamos hoy en día es que la inflación está a la vuelta de la esquina porque los tipos de interés están en mínimos históricos. Sin embargo, para analizar los efectos de los tipos de interés debemos entender que estos tipos que fija el Banco Central (BC) no son altos o bajos per se. En realidad, el efecto de la política monetaria está determinado por la diferencia entre el tipo de interés real (tipo de interés que establece el BC menos la inflación) y el tipo de interés natural.
Tipo de interés natural
El tipo de interés natural es el tipo de interés que hace que el mercado del ahorro y de la inversión quede en equilibrio bajo supuestos como precios y salarios flexibles o pleno empleo. Por lo tanto, este tipo de interés natural no es observable, pero puede ser estimado. Aunque las distintas estimaciones pueden diferir existe un consenso sobre la tendencia negativa de estos tipos que los sitúan en mínimos históricos cerca del cero por ciento. Esto se debe a varias causas, como el aumento de la cantidad de ahorro propiciado por la demografía occidental en la que gran parte de la pirámide poblacional se encuentra en edad de trabajar y ahorrando entre otras cosas para su futura jubilación. También la reducción del crecimiento de la productividad se materializa en rentabilidades más bajas de los proyectos empresariales.
En definitiva, aunque observemos que los tipos que establecen los BC están en mínimos históricos no podemos pensar que el efecto de los mismos sea el comparable al que tendrían tipos similares durante otros momentos de la historia, porque precisamente la diferencia entre el tipo de interés real y el tipo de interés natural es muy pequeña.
Además de la política monetaria convencional, en una segunda entrada analizaremos los efectos sobre la oferta monetaria y la inflación de la inyección de liquidez directa que llevan a cabo los BC mediante los programas de Quantitative Easing.
Muy buen articulo. Gracias por compartirlo.